Sin duda, lo que más llama la atención de la música de Noah Lennox (aka Panda Bear) es ese conficto existente entre lo sublime de su voz y el mundo sonoro propuesto por el norteamericano. Me parece que dicha contraposición encuentra su razón de ser en aquella dicotomía vida-muerte tan presente en la obra del artista afincado en Lisboa, sobre todo desde su segundo álbum Young Prayer, plasmación del estado emocional de Lennox tras la muerte de su padre. Sin embargo, existen momentos en los que la música del norteamericano va más allá de ese apabullante mundo psicotrópico que definitivamente nos remite a su banda madre Animal Collective. Ya nos había adelantado en el magnífico Person Pitch sus credenciales de genio cuando mostró publicamente que no solo era apto para componer música "rarita", llena de multicolor, sino también un talento capaz de elevar al oyente a un mundo celestial como sucedió, por ejemplo, con la fantástica Bros. No por nada se lo compara constantemente con Brian Wilson, sobre todo por el talento a la hora de confeccionar melodías a partir de los sonidos más insospechados. Así que la nueva entrega de Panda Bear, Meets the Grim Reaper, presenta todas las virtudes de su autor en un formato pop que encierra lo mejor de la música popular de las últimas décadas: psicodelia, eletrónica, krautrock, folk bucólico, etc, en un ejercicio de balance que lo convierte en un maestro, creador de universos de 3 minutos, artesano de sonidos y profeta de una nueva forma de trascendencia acorde con los tiempos modernos. La maestría de Lennox puede encontrarse en la repetición uniforme, texturas mántricas y hasta en la manipulación de ladridos por parte de la tecnología para crear sonoridades reconocibles pero que sin embargo no dejan de ser fantásticas como sucede con Mr Noah. Meets the Grim Reaper es una nueva exhibición del talento de Noah Lennox quien sin embargo parece busca aún ciertas respuestas a las preguntas de siempre, osea aquellas relacionadas a la vida y, sobre todo, a la muerte. Lo curioso es que mientras eso sucede nosotros bailamos, o nos embelesamos con este primer gran disco del año.
