Wilco es una de las bandas más importantes en los últimos tiempos, un clásico contemporaneo que de seguro perdurará en la historia de la música popular. De esto no hay dudas. En lo que algunos-un buen porcentaje de su legión de fans- sí tienen reparos es sobre la calidad de sus últimos discos, más proclives a la tranquilidad y al sosiego que a la explosividad de su primera etapa. La explicación se presenta lógica si tenemos en cuenta que cada etapa es el reflejo de la estabilidad de la banda(en el pasado hubieron muchos conflictos), pero sobre todo la encontramos en el estado emocional del lider Jeff Tweedy, con un pasado aferrado a las drogas y demonios internos , quien al parecer está transitando en el presente por una senda mucho menos tortuosa. La estabilidad se trasluce desde hace un par de disco pero es ahora con “The Whole Love”, su último álbum, que la música de los norteamericanos gana en claridad. El disco tiene canciones poco complejas en sus estructuras, pero que poseen un gran acabado artesanal en sus formas. Entre el folk, el country, el rock y el pop, entre estas cuatro coordenadas navega el nuevo álbum de Wilco, con pocos guiños al kraut rock, con poca explosividad eléctrica, detalles que quizás un fan de los primeros discos eche de menos, pero que no significa que el nuevo álbum sea malo y/o ajeno al ADN de la banda. “The Whole Love” es solo el reflejo de la madurez de Tweedy, quien nos demuestra que no solo un artista torturado puede hacer grandes trabajos y, por el contrario, nos enseña-a través de su arte-que todo artista busca encontrar el equilibrio, la evolución, ya que al final de cuentas es tan persona como cualquiera de nosotros. Que se jodan los putos cliches del rock!
The Whole Love
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