Aquí una crónica que escribí hace algunos años para una Web española. Ya pronto llegará material nuevo para el blog. Por ahora a disfrutar de las vacaciones :)
Para oírte mejor
(aparecido en la Web Indyrock en noviembre del 2003)
El otoño holandés es particularmente melancólico. Se aprecia con mayor intensidad cuando uno va por la carretera. Las hojas de los árboles dejan de ser verdes y cobran una tonalidad amarillenta desparramándose por la acera y los campos de cultivo. La desnudez arbórea dibuja un horizonte tétrico, donde el gris otoñal del día se vuelve oscuridad total a las cinco de la tarde. La carretera brillante nos llevaba al Arnhem Gelredome Stadium, lugar donde acostumbra jugar de local el Vitesse, equipo de primera división de la liga holandesa. En esta ocasión no hubo fútbol. El 19 de noviembre el Gelredome fue el escenario para el espectáculo de una de las bandas más importantes del rock actual: Radiohead
Muchas líneas se han escrito sobre ellos desde que aparecieran con el megahit que los presentaría al mundo: «Creep». Llegaron a establecer un sonido propio que a lo largo de los años, ha sido -y es- inspiración para muchas bandas actualmente reconocidas, tales como Coldplay, Muse, entre otras. Sin embargo, luego de convencer a gran parte de la crítica con el soberbio «O.K Computer», se burlaron de la misma con sus álbumes posteriores, donde la base electrónica construiría un cimiento gélido al entramado angustiante de guitarras, característico del grupo. Tom Yorke, cantante y compositor de la banda, había afirmado que para él el rock estaba muerto. De ahí que su búsqueda por explorar sus límites musicales sea una constante.
Al llegar al moderno estadio, se observaba el ingreso ordenado del público y uno que otro revendedor (sí, también existen en Europa). La mayoría vestía de negro. Algunos con estampados de los grupos que se encuentran de moda en la escena "underground" europea, otros mostrando los polos recién adquiridos en el stand oficial del grupo.El resto con polos ceñidos al cuerpo, con colores en su mayoría chillones, pero a la vez atinadamente combinados con el resto de la indumentaria, también de caracter despreocupado. Lo curioso era que no había una edad promedio entre los asistentes. Desfilaban, entremezclados, viejos rockeros de cabellos largos con jovenes llenos de piercings. Ya en el tercer piso y una vez adquirida la tarjeta para las respectivas compras (no se usa dinero dentro de los estadios) empezó un martilleante sónido detrás de las puertas que nos separaban del escenario. Los teloneros eran un grupo inclasificable, un híbrido más dentro de la escena musical moderna. El combo Asian Dub Foundation es un grupo multirracial, que mezclan algo de dub, rock agresivo y un poco de electrónica, con una temática netamente política, teniendo como objetivo central de la noche al presidente norteamericano. El público se mostraba extrañado con el « support act», pero a la vez divertido con tanta adrenalina.
Luego de ocho canciones, el combo se despidió entre aplausos mientras las luces se apagaban. La oscuridad se apoderó del escenario. La tensión crecía bamboleando entre técnicos ultimando el espectáculo venidero y los rumores sobre qué animo tendría Yorke en escena, ya que son conocidos sus nada simpáticos arrebatos. Observé el césped del estadio corrido hacía atrás, como suelen hacer para los conciertos. Es curioso saber que es césped natural, y que se mueve con pequeñas ruedas hacía el campo auxiliar. Una tribuna montada para la ocasión escondía el detalle.
Luego de largos minutos de espera e innumerables murmullos, la pasividad del público parecía inalterable, sobre todo en las tribunas. En el campo el movimiento era más constante, ya que era de rigor acercarse al puesto donde vendían cerveza. Fuertes olores a marihuana hacían pesado el ambiente, acrecentando la impaciencia de algunos espectadores frente a la demora del concierto. De pronto, una fuerte luz roja se enciende al mismo tiempo que los retazos de ecran distribuidos delante del escenario caen. En los largos pedazos (6 en total) se proyectarían primeros planos de Yorke y compañía. Sin duda, el tema audiovisual está presente en la actualidad del grupo, y a lo largo del concierto las imágenes fueron un instrumento más. El formato documental, la distorsión de imágenes, la disolución de las mismas o el juego de colores se confundían con los ritmos estrepitosos o calmos de las canciones. La presencia audiovisual potenciaba la figura del diminuto Yorke que desde la primera canción parecía mostrar una buena actitud, que luego constataríamos las casi ocho mil personas que participamos de una nueva victoria de los de Oxford en la patria del tulipán.
El concierto fue una suma de virtudes. A la fidelidad con respecto a los discos, se sumó el cuidado a la hora de presentar las imágenes. No era sólo la tentación de acumularlas sin criterio, eran un complemento. Al día siguiente, en el mítico Paradiso de Amsterdam corroboré en el concierto de Black Rebel Motorcycle Club que el uso de audiovisuales es fundamental hoy en día a la hora de un directo, aunque en esta oportunidad de una manera más modesta. Radiohead al parecer está transformando la idea de imagen al servicio de la música. Ya no es sólo la imágen para ver la música, sino que se mezcla con ésta para potenciarla.
Por ejemplo, en una melodía a medio tiempo como "Fake Plastic Trees", la imagen de Yorke domina en imágenes(primeros planos y contraplanos)mientras empuña la acústica y una luz azul lo enfoca con intensidad. El público, entregado, no hace más que mirar y oír enloquecido, mientras ve disolverse en el rojo intenso de las luces los últimos compases. La sensación del estadio era de ensueño, y escuchaba en español peninsular lo maravilloso del concierto. No es de extrañar escuchar otras lenguas, ya que las distancias dentro de Europa son cortas y es relativamente fácil viajar sólo para ver un show.
Las texturas de las canciones variarían radicalemte una tras otra. Algunas veces lentas, furiosas, electrónicas o todo en uno. Los solos de guitarra de Greenwood se repetirían en varias oportunidades construyendo el soporte al desencanto existencial de Yorke.
Algunos espectadores acompañarían en los coros al cantante con un perfecto inglés en la mayoria de canciones.Otros, miraban los trabajos de animación que acompañaban a algunas canciones, como por ejemplo a Paranoid Android.
Sin darnos cuenta, llegamos a la canción número veintitres de la noche, y un recorrido inteligentemente selecto de toda su discografía fue precensiado en el Arnhem Gelredome. Ya en esos momentos Holanda ganaba seis a cero a Escocia (jugaban en el mismo horario del concierto el repechaje a la Euro 2004) y el público gozaba de una noche redonda. Al final, el «FOREVER» que se mostraba en letras rojas en el fondo, servía de fondo al «maravilloso» en boca de un público acostumbrado a presenciar grandes espectáculos.
El camino a casa sería el mismo, lleno de la sensación otoñal. El recuerdo fresco me acompañaba de vuelta, y aunque las críticas a Radiohead como un grupo pretencioso y de reiteración temática a veces tienen sustancia, tengo la certeza que en el panorama actual de la música popular es de lo mejor que nos queda.
setlist: there there/ 2+2=5 / lucky/ myxomatosis / where i end and you begin / backdrifts / fake plastic trees / paranoid android / i will / i might be wrong / climbing up the walls / my iron lung / sit down. stand up / scatterbrain / national anthem / exit music / idioteque / the gloaming / go to sleep / the bends / street spirit / we suck young blood / karma police / everything in its right place