Ha pasado un buen tiempo desde que Dean Wareham dejara Galaxie 500, y casi una década desde que abandonara Luna, pero sus trabajos siguen manteniendo esa cadencia presente en las atmósferas y eso se aprecia también en su segundo álbum en solitario. El álbum, que se titula con su nombre y apellido, muestra las virtudes presentes a lo largo de la carrera, es decir, mirada hacia el post punk ochentero, los arpegios propios de la Velvet que comulgan con la influencia de My Morning Jacket en las cuerdas, sin dejar de mencionar el contraste que las mismas tienen con respecto a los suaves arreglos cortesía de los sintetizadores. Dean Wareham mantiene clara su idea de cómo hacer música, el espacio dilatándose en el tempo, a fuego lento. Pura emoción.
Dean Wareham
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