La No Wave fue un movimiento artístico de muy breve duración, que tuvo como logro más visible el poner a New York en el centro de la vanguardia musical a finales de los 70’s. La historia cuenta que este fugaz acontecimiento fue la respuesta a la New Wave (que se caracterizaba por su tendencia comercial) y se nutrió del espíritu del punk para romper todas las reglas en el plano estrictamente musical. El álbum que de alguna manera fue la cúspide de este movimiento fue”No New York”, una selección de artistas (producidos por Brian Eno) que dejó para la posteridad un disco trascendental para el rock de vanguardia de todos los tiempos.
En principio se pensó reunir a una decena de artistas (sí, más que músicos eran artistas) pero por diversos motivos la selección se redujo a cuatro bandas. El primero en aparecer fue James Chance & the Contortions, con su funk-punk disonante, entre la fuerza del rock y la elegancia del jazz (aunque el saxo se encuentra encantadoramente enloquecido). Las siguientes 4 canciones llegarían con Teenage Jesus and the Jerks, con la gran Lydia Lunch, que ponen el lado oscuro al disco, con los gritos de Lunch exorcizando sus demonios, y la percusión tribal destruyendo toda tendencia plástica. Luego sería el turno de Mars, que en cuatro canciones le indicaría a las generaciones siguientes el camino hacia el caos, con esas guitarras enardecidas y la anarquía sonora que las envuelve. Cerraría el álbum DNA, banda que parece ser no proclive a las formas convencionales (parece que la guitarra no está interesada en seguir los acordes tradicionales) aunque el uso del sintetizador parece tener la misión de maquillar el minimalismo expuesto. Un disco arriesgado que ha podido soportar la crueldad del tiempo y, de manera silenciosa, se ha convertido en piedra angular del avant garde.
Varios-No New York