Ahora que escucho el primer álbum de The Hundred in the Hands me dan ganas de salir a cualquier lugar con temática ochentera, en donde se pueda pasar una noche envuelto de la new wave y el post punk de los 80’s. Este disco es una aglomeración de géneros de dicha época (finales de los 70’s-principio de los 80’s) que no hace más que hablar del bagaje musical de sus dos miembros: Eleanor Everdell y Jason Friedman.
Sin duda, la forma en las canciones se mantiene fiel al sonido de aquella época: plasticidad en las formas, gomosidad en los ritmos, finos trazos de guitarra (aunque por momentos se muestra agresiva como en “Last City”),ritmos programados, pero también se encuentra vestigios de música disco, es decir, este álbum tiene todos los ingredientes para ser tocado integro en una fiesta en donde el baile sea el protagonista. Sin embargo, a diferencia de aquella época, siento que hace falta un poco más de fuerza, intensidad que haga más creíble la apuesta por los 80’s. A pesar de esta situación el disco es, en líneas generales, agradable, no descubre Roma,es cierto, pero a veces sólo basta con que un disco como "Hundred in the Hands"te haga pasar un buen rato.
The Hundred in the Hands
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Muy bueno, realmente me gustó. Te hiciste una tío chechal.
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