Entre ayer y hoy he leído a los colegas blogueros que no saben que pensar acerca del último álbum de The Strokes, el cuarto de su ya no tan corta trayectoria. Bueno, si bien su debut, “Is This It?”, fue considerado el primer hito de la década que pasó, los álbumes que le siguieron no colmaron las expectativas, salvo por algunos hits que recordaron al periodo en que parecía se comerían el mundo. Pues bueno, el nuevo “Angles” es un poco más de lo mismo: las mismas ganas, las mismas formulas. Si bien la energía característica se mantiene casi intacta, los matices son más amplios, saliéndose de ese “sonido Strokes” que los ataba, aunque no por ello se alejan demasiado de su formato base, el que ya le conocemos de sobra. El sonido es más limpio, más pop, lo que parece una declaración de intenciones (traspasar el umbral indie) que quizá no guste a los fans más acérrimos. Transitan por la música de los 80’s, por la angulosidad de las guitarras, por ligeros apuntes cortesía de la electrónica, en fin, por una serie de detalles que multiplican sus posibilidades. Pues bien, mi conclusión es que si bien es un álbum entretenido y disfrutable, no creo que The Strokes logre en el futuro algo más que recordarnos la gran promesa que alguna vez fueron. No se rompan la cabeza colegas, seguiremos recibiendo buenos discos de esta banda, pero olvídense, nunca llegará EL DISCO.
Angles
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