Blade Runner es un film que se queda en uno para siempre. ¿Cómo desligarse emocionalmente de esa oscuridad-belleza planteada por Blade Runner? Cada vez que algo me suena a esa dualidad ambientada en el futuro, yo recuerdo el film de Ridley Scott,estremeciéndome con las confesiones de Roy Batty como si fuera la primera vez. Pues bien, en estos días me volvió a pasar escuchando el debut de Blanck Mass(cuyo verdadero nombre es Benjamin John Power, la mitad de Fuck Buttons), un álbum que alcanza cumbres épicas a través de la repetición de notas -nacidas de sintetizadores analógicos-que se alargan en el tiempo. El ritmo se ausenta y la melodía gobierna, trazando los paisajes por donde el oyente debe transitar. Power se aleja de los estallidos rítmicos de Fuck Buttons y se entrega a la contemplación del paisaje que crea a partir de los muros creados por las capas de sonidos. Como volar sobre un oceano de metal que va a desembocar en el sol, así es el debut homónimo del inglés que nos embarca hacia un viaje que se perderá en los laberintos de la belleza. Ok, soy un Replicante.
Blanck Mass
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