Gary Numan fue una gran estrella a finales de los 70’s y principios de los 80’s sobre todo cuando créo un himno generacional con la canción “Cars”. Su luz se fue apagando a medida que los 80’s iban avanzando hacía su cenit,pero su nombre permaneció impreso en el subconsciente de la cultura popular. Para el año que corre, el británico ha sacado al mercado “Dead Son Rising”, un álbum que nos devuelve al mejor Numan, con ambientes metálicos que son rodeados por una oscuridad asfixiante. Sin duda, es un disco de otro mundo, con sus detalles futuristas y el halo malsano que emana de su voz. La electrónica minimal se presenta en forma simple, nada de sensualidad en las melodías, pero sí una melancolía presente en algunas canciones de manera notoria. Son esas texturas minimales que encierran a Numan en una celda de angustia, la que probablemente sea la que tiene cautivo al Numan-persona. Un gran retorno del ex Tubeway Army, niño prodigio en los 80’s, sobreviente al holocausto perpetrado por las nuevas tendencias.
Dead Son Rising
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