Siempre me han llamado la atención los artistas que utilizan pocos elementos para crear y que son capaces de llevar al oyente a estados emocionales determinados y, muchas veces, complejos. Es el caso de la artista sueca Anna Von Hausswolff, quien utiliza para su nuevo álbum un organo de iglesia como base de su sonido, el que sin duda otorga esa identidad sacra a sus canciones. Sin embargo, decir que sus canciones son de característica religiosa sería reducir su obra a tan solo un elemento ya que el sonido sacro es tan solo el contraste con respecto al resto de elementos, que son más bien de característica oscura. Sin duda Ceremony, su segundo álbum, no es sencillo, demanda algo de paciencia para apreciar sus diversas texturas, su carga emocional, su riqueza compositiva. Es innegable el esfuerzo de Von Hausswolff por orientar sus canciones hacia laberintos pop, sobre todo cuando instrumentos básicos del rock intervienen en algunas canciones para darle más complejidad y, al mismo tiempo, una naturaleza más cercana que el oyente pueda reconocer. No debemos de olvidar la capacidad vocal de la artista sueca, quien maneja una serie de registros que llenan de diversas emociones a un disco lleno de reflexiones acerca de la vida y de la muerte, porque Ceremony es un álbum que interpreta sabiamente aquellos dos polos opuestos que mueven nuestra vida.
Ceremony
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