Trent Reznor está felizmente casado, tiene dos hijos, y está al borde de los 50 años. Creo que todos quienes le seguimos desde los noventa compartimos tanto la satisfacción de verle así de bien, como la incredulidad por poder pronunciar estas palabras, y es que hubo bastantes momentos, sobre todo a finales de los noventa, en que creímos seriamente que Trent no llegaría a los cuarenta. Pero aquí estamos, en el 2013, con Trent alejado de las drogas, reconocido tanto por la industria de la música como del cine, sin hacernos esperar cinco años entre disco y disco, e incluso concediendo entrevistas en las que se muestra como un tipo afable, divertido, cercano y dispuesto a seguir experimentando, abrir caminos nuevos y ofrecer su experiencia y visión tanto de la tecnología como de la industria a quien quiera escucharle.
Escuchando las letras de Hesitation Marks, su noveno disco bajo su seudónimo principal, parece que ni el propio Trent se termina de creer lo comentado al principio del párrafo anterior. La violencia y nihilismo casi han desaparecido, y la paranoia aparece ahora en clave de “esto está demasiado bien como para que dure demasiado”. Este estado mental de sospechosa paz se traslada a la música, que suena como un resúmen en clave madura de su discografía, más minimalista que antaño, sin tanta necesidad de apilar capa tras capa de sintes y sonidos raros, algo que suele aparecer en las discografías de los artistas, tanto con experiencia (y su habitual compañera, la confianza), como con la paz que trae la madurez bien entendida. Tanto el comienzo, con las impecables Copy Of A y Came Back Haunted, como la excelente Running recuerdan a los muy lejanos tiempos del synthpop de Pretty Hate Machine, y trozos de toda su discografía son fácilmente detectables por todo el disco: el pop mutante de Satellite y la breakbeatera In Two podría haber aparecido perfectamente en Year Zero al lado de Vessel, el poderoso final de Various Methods Of Escape es carne de la segunda mitad de The Fragile, así como el minimalista beat de la excelente While I’m Still Here; tanto el mensaje como los arreglos de Dissappointed no hubieran sonado muy extraños en The Downward Spiral… y luego está Everything. De largo la canción más descolocante que ha propuesto Trent Reznor en muchos años, sin sintes de ningún tipo, más propia de unos Foo Fighters muy azucarados. Es una de las pocas canciones de su carrera que pueden considerarse…felices. Su colocación en medio del disco, tras la más oscura Dissappointed, es proverbial, sirviendo de foco de luz/leche con la mano abierta tras la primera mitad, y permitiendo que entre como un cuchillo el pop descarado e impecable de Satellite, el cual ruego a Dios que llegue a las radios comerciales, porque es el tema más carne de radiofórmula que ha hecho Trent Reznor desde The Hand That Feeds.
Hesitation Marks no es su mejor disco, ni será seguramente un contendiente claro a disco del año, pero a estas alturas de la vida, ningún fan sensato de Nine Inch Nails puede pretender que vuelva a hacer discos tan intensos y nihilistas como The Downward Spiral, Broken o The Fragile. Esos discos nacieron de la rabia adolescente, la desesperanza, depresión y adicción, y Trent Reznor, como hemos dicho al principio, es ahora un tipo de 48 años, felizmente casado y con dos hijos, que en este disco se ha permitido echar, con los pies siempre puestos en nuevas influencias y sonidos, un poco la vista atrás, y con la experiencia del superviviente, asombrarse, como el título del penúltimo tema del disco, de que todavía esté aquí. Y, mientras siga sacando temas tan agradables y buenos como los contenidos en este disco, los fans estaremos tan contentos como parece estarlo el propio Trent.
Mi nota: 7/10
Mis favoritas: Copy Of A, Satellite, Running, While I’m Still Here
Daniel Díaz
Daniel Díaz
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