Mac Demarco es uno de los hypes de la música alternativa reciente, el "vagabundo con los dientes separados" como le llama la prensa. También es común que el norteamericano reciba halagos por su trabajo que es un híbrido difícil de definir, aunque se puede decir a manera general que es un pop con claras tendencias alucinógenas. Sin duda, Demarco tiene un talento evidente para crear melodías que quedan en la mente durante semanas, aunque también es claro que el cuidado con la post producción no es algo que le quite el sueño, y es justo esa característica lo que le hacer ser "cool", ese descuido que no sabemos si es a adrede o inconsciente. Lo cierto es que Salad Days, su trabajo para este 2014, lo mantiene entre lo más apreciado por la crítica ya que Demarco muestra cierta madurez, abordando temas que van más allá del gamberrismo presente en su primer álbum. Las virtudes del debut se mantienen de cierta forma en esta nueva entrega, pero en esta oportunidad logra abordar sentimientos más complejos, como por ejemplo la soledad. Sin duda, el norteamericano se va despojando poco a poco de aquella tendencia de querer ser alguién "cool", remplazándola por el indudable talento que posee.
Salad Days
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