El número de diciembre de la revista Rock de Lux sacó en su portada a J. Balvin, artista de regueton (género menospreciado por supuestos melómanos), situación que generó una serie de reacciones negativas por parte de su público. Probablemente la revista ha perdido público, quizás ha ganado otro, pero mi pregunta es, aquellos que crecimos con el punk, el post punk, el indie, etc, ¿nos estamos comportando como en su momento lo hicieron los amantes del rock progresivo o demás géneros "cultos"? No soy muy conocedor del reguetón, lo conozco de la radio, osea, no con mucha profundidad, y si bien soy consciente que cada género tiene sus musas, como también sus desechos, no es música que me atrape. ¿O quizás no he escuchado lo que tengo que escuchar? Por lo pronto, he escuchado "Brillo, colaboración entre Rosalia y el tal J. Balvin y puedo decir que no me disgusta para nada. Una vez conversando con un amigo holandés que hace remixes y produce música urbana me dijo algo así como "lo que pasa es que tú quieres música para escuchar", de lo que deduje, "¿osea que el regaeton y trap son más para sentir que para escuchar?". A veces, uno olvida que las letras no son lo más importante para las canciones. Es curioso que el público hispanohablante reaccione de una manera tan furibunda cuando desde hace más de cuarenta años escuchamos música en inglés sin saber a ciencia cierta, en un 80% de las veces, sobre que van las historias que escuchamos en un idioma que no es el nuestro. El regaeton y el trap están conquistando Europa y Estados Unidos en la actualidad, quizás por la misma razón: el público no entiende las letras.
Este año ha sido bueno, con una importante cantidad de artistas femeninas dentro de los mejores discos del 2018. En el top 10 hay un setenta por ciento de mujeres, y en un veinte por ciento al menos una mujer participa en el proyecto. ¿Es la nueva tendencia a la que apunta el mercado o es un torrente de creatividad contenido? Estos diez discos representan reinvidicaciones, cada uno a su manera, dejando en claro que no necesariamente hay que decir las cosas fuerte, basta con que sean claras, aunque la creatividad siempre se agradece. También es evidente que los limites entre géneros es cada vez más difuso. Incluso géneros tan marcados como el jazz, el country o el flamenco se ven alterados, ampliando de esa manera sus posibilidades expresivas. Sin más rodeos, este es el top 10 para este pequeño blog. No olviden de dar click en ver más para poder escuchar el disco y/o leer la ficha técnica del mismo.
10-DJ Koze-Knock Knock
Lo interesante de "Knock Knock", último trabajo del alemán DJ Koze, es su empeño por hacernos participe en una orgía sonora a través de texturas hipnóticas que nos envuelve y sitúa en un mundo paralelo donde conviven el house, el hip hop y el downtempo. Hay voces invitadas en "Knock Knock" (Roisin Murphy, Jose Gonzales, Kurt Wagner, entre otros) que, a pesar de sus reconocibles improntas, no definen la identidad de las canciones; tan solo se muestran como un color más dentro del paisaje diseñado por DJ Koze. Por momentos el disco muestra un groove muy pronunciado, como invitándonos a una fiesta inserta en el corazón de la noche (como en "Ilumination", colaboración con Roisin Murphy), aunque también algunas canciones nos remiten a estados lisérgicos situados en algún momento de la Inglaterra de los 60's (como en la colaboración con José Gonzales "Music On My Teeth") La grandeza de este disco reside en simular ser de otro mundo y mostrar un ábanico de sensaciones reconocibles por la claridad en su confección
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9-SOPHIE-OIL OF EVERY PEARL’s UN-INSIDES
A pesar de ser una reconocida productora, que ha trabajado con artistas de la talla de Madonna o Charli XCX, la escosesa Sophie debuta en largo recién este 2018 con "Oil of Every Pearl's Un-Insides", conjunto de canciones que se presentan en aparente envoltura pop para inmediante desplegar su naturaleza alienígena una vez estando frente a nuestra narices. El año pasado puso fin a los rumores con respecto a su identidad con el video de "It's Ok To Cry", una hermosa canción, sincera y que confirmaba los nuevos rumbos que al parecer tomará el pop durante los próximos años. En este álbum, Sophie hace gala de todos sus recursos, mostrando que es capaz de manejar las virtudes melodicas y armonicas del pop, para posteriormente desdibujarlas a través de sonidos industriales, yuxtaposiciones melódicas alienigenas e inesperados arreglos. La escosesa muestra su dominio en la producción para mostrar aquel mundo particular, ambiguo, seña de su personalidad artística.
Si alguien es responsable del renacer del jazz ese no puede ser otro que Kamasi Washington. Con "The Epic" dió a entender que lo suyo iba en serio, intención más que reafirmada con este "Heaven and Earth". Kamasi, no solo es un virtuoso con un profundo conocimiento del género, sino que además se atreve a revitalizarlo , a sacarlo del museo para darle frescura (no solo con el funk, sino tambien con el afro futurismo, la música latina, etc) El norteamericano define desde el título el espíritu del álbum. Leyendo alguna entrevista, me dió la impresión que el californiano es un tipo que sabe lo que quiere, con una evidente aura de shaman espitirual y eso se trasluce en su nueva entrega. Gracias a él, este 2018 se ha convertido en un año en el que el jazz ha vuelto a las portadas, por una desvergonzada actitud de los nuevos músicos que no temen utilizar nuevos sonidos para enriquecer la tradición. Y esto gracias a Kamasi Washington, que con este "Heaven and Earth" ha dado pistas de por donde transitará el género en el futuro.
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7-Tirzah- Devotion
"Devotion" de la inglesa Tirzha ha logrado ser calificado como el mejor debut de este 2018 por este blog. Si bien no se trata de alguien ajeno a la industria musical (sus colaboraciones con Mica Levi forman parte de la presente década musical) Tirzha debuta con un álbum intimista, r and b minimal, que no necesita de grandes pericias para poder transmitir sensaciones, tan solo su voz, unos teclados y un ritmo que asoma para marcar los derroteros por donde transtirá cada historia. El uso del feedback es pronunciado, y otorga volumen a cada canción. Solo son necesarios algunos pequeños arreglos (uso de la distorción o el autotune , por ejemplo) para contextualizar las canciones en su determinadas viñetas. La desnudez de un corazón es sin duda la gran protagonista de este debut que esperemos tenga continuación muy pronto.
Hace unos meses leí una entrevista que le hicieron a Héloïse Létissier, el verdadero nombre de la ideóloga del proyecto Chris and the Queens, donde mencionaba su fijación por Prince a la hora de elaborar su nuevo álbum "Chris". Al escucharlo, no solo escuchamos una voz que transita entre el inglés y el francés, sino que además podemos presenciar aquel new wake-funk tan utilizado por Prince en su etapa más exitosa, y, en general, por la tendencia que inundaba los charts a ambos lados del charco a finales de los ochentas. Desde la portada, podemos intuir sobre que irá el álbum. Un plano busto nos describe a un personaje indefinible en cuanto a su sexualidad. El nombre del album tampoco ayuda mucho al respecto ya que "Chris" es un nombre unisex. Tanta indefinición solo puede llevarnos hacia un punto. Las dudas-las pocas- se disipan cuando escuchamos las canciones de la francesa desde un punto de vista masculino, confrontando al oyente frente a los estereotipos establecidos por las sociedades patriarcales. No solo estamos ante una gran interprete, capaz de transmitir desde la más inmensa ternura hasta la más absoluta firmeza, sino que al parecer se trata de una artista que parece descubrir con cada álbum su identidad artística.
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5-Kacey Musgraves-Golden Hour
Siempre es complicado para un artista el intentar trascender el género al cual se debe con la intención de llegar a un público más amplio. Es complicado porque puede atentar contra su identidad artística y, por otro lado, puede perder sustancia a la hora de transmitir su arte al querer agradar a todo el mundo. Ni uno, ni lo otro sucede con el inmenso "Golden Hour" de la norteamericana Kacey Musgraves, un intento afortunado de convertir en pop sus raiz country. Desde la primera canción el disco transcurre de manera natural, sin mayores aspavientos, aunque sí con la destreza a la hora de edulcorar las melodías y redondear las armonías. Sin embargo, el dulce no empalaga, sino más bien percibimos una infinita sensación de calidez que envuelve a cada una de las pequeñas historias de una mujer que convierte lo ordinario en extraordinario . "Golden Hour" es un disco que tan solo necesita una guitarra melódica, un telón de fondo construido a partir de sintetizadores, y esa voz de ensueño que uniformiza el álbum, incluso durante los coqueteos con el funk, el r and b o el hip hop. Un disco superlativo, emocionante y, al menos para mí, indispensable.
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Creo que a estas alturas de su carrera, lo que mejor define a Low es la capacidad que tiene el trío norteamericano para reinventarse y no tanto el haber sido uno de los pilares del slowcore hace un cuarto de siglo. "Double Negative" transgrede el característico minimalismo de Low y lo desdibuja mediante un muy pensado trabajo de producción. Las armonías no serán protagónicas esta vez, sino más bien el ruido, la disección del ritmo y las texturas, y la alteración de los arreglos. Si bien se puede percibir a la distancia la presencia del trío de Luluth , lo que apreciamos en un primer plano es la confrontación de sonidos que ahogan voces humanas en sus entrañas. El tema político es importante para entender "Double Negative". El caos e incertidumbre de lo que acontece en la política norteamericana, y sus consecuencias en la vida cotidiana, solo puede ser descrita a través de ruido y alteraciones de todo tipo. "Double Negative" es un álbum que describe como pocos la coyuntura actual, lejos del ensimismamiento característico del trío, pretendiendo hacer un diagnóstico de la crisis política existente.
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3-Robyn-Honey
Ha pasado ochos años desde "Body Talk" para que Robyn se animará a sorprendernos nuevamente con esas pequeñas joyas que amalgaman tristeza y hedonismo en iguales porcentajes. Digo animara porque, según lo que ella misma ha contado a través de la prensa especializada, fue un tiempo duro, de perdidas irreparables (su colaborador habitual y amigo entrañable Christian Falk falleció hace algunos años víctima del cancer) y separaciones (de su pareja de años) razones que invitaban a deducir lo incierto que era la aparición de una nueva producción. Y sin embargo, ahora podemos decir que este "Honey" nació de la necesidad más que del cálculo. Y sí, "Honey" tiene el beat, el traje de neón, pero hay un pozo melancólico en el corazón de cada canción que le permite trascender del simple escapismo. Sin duda, el prestigio de Robyn, como reina de la pista de baile actual asociada a la tristeza, ha crecido en los últimos años y es que como pocos sabe como fundir dos sensaciones en apariencia antagónicas. La canción que da título al álbum sintetiza aquella naturaleza bicéfala. A la sexualidad planteada por la nórdica, flanqueada por el ritmo imponente y las texturas color miel que la sobrevuela, existen razguños, pequeñas alteraciones, casi imperceptibles que alteran la perfección, hasta dejar aquella línea que rompe con el orgasmo sonico: "no, you're not gonna get what you need (get what you need) By, I have what you want (what you want)", frase tan sutilmente engañosa como el amor mismo.
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2-Mitski-Be the Cowboy
Creo que si hacemos un balance entre todos los rankings que han elaborado, para este 2018, las publicaciones especializadas más prestigiosas , "Be The Cowboy" de Mitski sería el disco del año. La continuación del fabuloso "Puberty 2" (2016) cambia de perspectiva, dejando de lado el punto de vista del outsider para adoptar el papel de ama de casa que cumple (aunque con un hartazgo por los parámetros establecidos) con todo lo que demanda la sociedad patriarcal que la acoge. El llamado a manejar su propio destino en plena era del "metoo" hace de "Be The Cowboy" el soundtrack para estos tiempos. No estamos ante un disco que pretende ser himno de lo políticamente correcto, porque no está hecho a base de clichés o décalogos pretenciosos que digan que es lo que se tiene que hacer, sino más bien encuentra en la vulnerabilidad aquello que le da credibilidad, justificando de ese modo el concepto. La música de Mitski Miyawaki mantiene sus rasgos ya característicos, es decir, de la furia a la calma, de la ternura a la firmeza, entre distorciones, suaves capas construidas con sintetizadores, arreglos que alteran sutílmente las historias y hasta se atreve a componer una canción como "Nobody", en clave disco, canción maravillosa en donde el personaje busca empatía urgentemente aunque sin obtener lo que su corazón necesita. Cierra el álbum "Two Slow Dancers", una balada nacida desde las entrañas, tan llena de una tristeza liberadora. Un nuevo triunfo de Mitski.
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1-Rosalía- El Mal Querer
Debo confesar que cuando supe de la existencia de "El Mal Querer", segundo álbum de la española Rosalia, tuve mis dudas porque pensé que era otro producto impulsado por los medios españoles para ponerlo en el mercado. En España es común que la industria discográfica afine las propuestas pop para venderlos en el verano, con la intención de por allí ser elegido, en todo Europa, como disco o canción de la temporada. También la prestigiosa revista Rock de Lux le dedicó una portada y sendos guiños al nuevo trabajo de la catalana cuyo rostro se me hacia cada vez más familiar. Tampoco hice mucho caso. Finalmente, cuando empecé a ver reseñas acerca del mentado disco en medios anglosajones, pensé que era hora de escucharlo ya que, por lo general, dichos medios no dan mayor cobertura a trabajos en otras lenguas. Todo es clasificado como "World" en un ejercicio de pereza intelectual o simple desinterés. Esta vez no, ya que lo presentaban como un disco de pop. No tenía excusa para obviar el disco.
Ahora puedo decir que, en mi opinión, el álbum de Rosalia es un triunfo en toda regla, no solo como trabajo artístico sino por la connotación que conlleva. "El mal querer" no solo transgrede los parametros establecidos por la tradición del flamenco (el purismo, la ortodoxia, que dicta que solo hay una forma de hacerlo), sino también generacional (asume la estética del pop actual para interpretar la tradición, en este caso, del flamenco), regional (el sur de España se presenta nuevamente como seña de identidad de un país riquísimo en matices) y mundial (el castellano como lengua protagónica a nivel mundial)
Si bien los representantes del flamenco ortodoxo han buscado desprestigiar el trabajo de Rosalia (como en su momento también lo hicieron con el trabajo de Camarón de la Isla o Enrique Morente, cuando estos pretendieron transgredir la norma) se puede decir que la catalana (encima no es de Andalucia, osea, más razones para apuntarle con el dedo) es una estudiosa del flamenco, que conoce todos los "palos" e incluso interpreta como andalú. Me imagino que para ningún purista debe ser fácil escuchar flamenco con autotune de por medio, ni que su música coqueteé con la música urbana (estética y rítmos), pero es justo decir también que en un mundo globalizado como el actual, las nuevas generaciones tienen otros referentes culturales y no solo regionales. Rosalia ha conseguido con "El Mal Querer" trascender a escala global, algo que ningún artista de habla hispana, que se puede tomar en serio, ha conseguido. Ni Camarón de la Isla, ni Enrique Morente, ni Triana, ni El último de la Fila o Los Planetas logró internacionalizar el flamenco-ni siquiera el castellano- a través de sus respectivos híbridos. Tan solo el pop comercial ha visto en el castellano un acompañante sexy, más nunca vió lo mismo en el riesgo artístico. No sé si la tan mentada globalización tenga que ver en ello pero esa es la realidad. Nunca un disco en español, con intenciones artísticas, ha logrado la atención del mundo. Lo único cierto de toda esta historia es que Rosalia ha logrado un cisma que probablemente sea más visible con el pasar de los años. Ahora solo queda disfrutar de este mal querer.