Es curioso que a veces se pueda encontrar inspiración en las situaciones más insospechadas. Es lo que le pasó a Margaret Chardiet, única responsable detrás de Pharmakom, quien encontró en una situación post operatoria la inspiración para Bestial Buren, un álbum de tan solo seis temas que resalta por la brutalidad de la propuesta, cercana a la música industrial más salvaje. En su nueva entrega, Chardiet es explícita, relata mediante malestares, escupitajos, gritos, sollozos, desesperación, sufrimiento, lo acontecido luego de las complicaciones post operatorias.
La portada del álbum manifiesta desde el arranque las intenciones de la norteamericana, quien expone una representación de su interior, no en el sentido metafórico que se acostumbra apreciar sino más bien en el literal. La crudeza se incrementa cuando escuchamos el álbum, con sus sonidos metálicos, la percusión tribal, las texturas ruidosas, que son producidas por unos cuantos pedales y un Mini-Korg que resulta ser suficiente para llevar a cabo este álbum poco convencional, probablemente difícil de digerir para la mayoría, pero que sin embargo intenta describir una situación producida por aquello en apariencia inerte que llevamos dentro. Y es que el corazón, antes de ser el símbolo del amor, es un músculo que nos permite vivir.
Bestial Burden
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