Luego de un día agotador, no quiero escuchar nada nuevo, sino más bien algo pesado, que envuelva mi fragilidad mental, aquella a la que cualquier ser mortal se acerca cuando la medianoche se avecina. Quizás estoy loco para escoger el “The Drift” de Scott Walker, un clásico contemporáneo, con pocos años de edad (4) pero con la madurez suficiente para penetrar en la mente y el alma del oyente de turno. Nada de adornos, ni tampoco niñerías, “The Drift” es un álbum punzante, en su temática y en el sonido, mostrando el por qué Walker es considerado una leyenda viva de la música popular contemporánea.
Elegí este álbum entre lo mejor de la primera década del 2000:
"Siempre me atrajo el poder curador de la música. Y es que el alma suele estar herida aunque a veces no nos damos cuenta. Al parecer Scott Walker, como gran visionario que es, pensó que había que rendir cuentas con los hechos más macabros de la historia contemporánea, desde Auschwitz hasta el 11 de septiembre norteamericano.
"The Drift" es un disco explícito, no sólo en sus letras ("dipped in blood in the moonlight/ Like what happen in America")sino en la orquestación plagada de disonancias que le da un tono oscuro, lúgubre a las historias narradas por Walker, que una vez más reafirma que algunos artistas están para exigir al público con su obra, no para entretenerlo".
No sé si dormiré bien el día de hoy, aunque estoy seguro que ciertas voces me acompañarán más allá de los sueños.
The Drift
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