Hablar del cambio de orientación de la carrera de These New Puritans a partir del genial Hidden resultaría ahora redundante. Es evidente que Jack Barnett, cerebro del proyecto, es uno de esos casos de geniecillo precoz que despuntó con respecto a otros aspirantes a rockstar de su generación. Si bien "Hidden" no le favoreció para ser el centro de atención del showbusiness, la crítica no tuvo otra opción que rendirse ante su evidente talento. El buen Barnett traslada el proyecto desde el neo post punk de su primer álbum, Beat Pyramid (2008), hasta el sorprendente rock art con tinte neoclásico de "Hidden" (2010). Para este año, la banda renuncia al factor sorpresa y, por el contrario, acentúa esa fijación por el clasicismo, por el silencio, los vientos, los coros, el piano, y esa percusión, por momentos tribal, por momentos anunciando alguna especie de ritual. El álbum es de una constante tensión, los sonidos se dispersan en el espacio con una pesadez que abruma pero que a diferencia del álbum predecesor es menos agresivo, y más bien contemplativo y melancólico. En Field Of Reeds la tendencia es marcadamente hacia la música clásica contemporánea, dejando de lado esa fijación latente por el exotismo del álbum anterior, es decir, estamos frente a un artista con agenda propia a diferencia del resto. Y sí, lo volvió a lograr.
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