Hace algunos años fue tema de debate en el parlamento británico el porqué las bandas británicas de rock no podían tener un álbum como número uno en las listas norteamericanas. Desde hace varios años la música independiente norteamericana ha sido referente a nivel mundial, a diferencia del indie británico, más preocupado en rescatar su tradición a través de un constante revival que parece no tener fin. Al parecer el rock de guitarras enfocado en el post punk británico y en The Strokes está llegando a un punto muerto. Una de las posibles alternativas es el dance-rock, y Delphic uno de sus exponentes.
“Acolyte” es el primer álbum de la banda de Manchester, un disco que intenta recuperar el espíritu que poseía la Factory de Tony Wilson a mediados de los 80’s. Por algo se empieza a comparar a Delphic con New Order(en sus buenos tiempos)aunque las influencias van más allá: el acid house, los destellos épicos de Bloc Party , el pop de Klaxons, entre otras. El disco está pensado para la pista de baile, aunque las cuerdas y la percusión le dan sustento a la construcción de las canciones. Sin embargo, todo suena como “anestesiado” por los sintetizadores que transforman cada pieza, y el álbum en general, en un ente viscoso. Es probable que este disco no cambie nada en el panorama musical británico, pero en él encontramos muy buenas canciones que nos recuerdan que hubo un tiempo en que el rock y el pop británico eran una fuente inacabable de ideas.
Acolyte
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