Reconozco ser fan de Talking Heads, y creo que la mayoría de melómanos lo son. El otro día escuché en la radio la versión de una canción de ellos, y me gustó ver cómo le sacaban brillo a una de sus canciones menos robustas. La canción era “Warning Sign”, y la banda Local Natives. Lo curioso del caso es que al escucharla pude notar un enfoque etéreo, a “lo Fleet Foxes”, a pesar de la electricidad característica de David Byrne y Cia. Me encantó el atrevimiento.
Una de las virtudes de Local Natives y que se puede apreciar en su primer álbum, “Gorilla Manor”, es que saben utilizar una serie de recursos que hemos escuchado en otras bandas (las más interesantes de los últimos años). Podemos escuchar la épica “a lo Arcade Fire”, el juego de voces “a lo Fleet Foxes”, complejidad en la percusión como si se tratara del indie-africano (Animal Collective, The Dodos), aunque la banda que más se asemeja es Grizzly Bear. Ahora, la virtud no radica en que utilicen dichos recursos, sino en la manera como lo hacen, ya que todo viene enmarcado en las composiciones de la joven banda que conjugan elementos ajenos entre sí para crear grandes canciones, llenas de vida. No sé si Local Natives logren la trascendencia que alguna vez tuvo-y tiene- Talking Heads, pero la capacidad que tienen para percibir elementos ajenos y sintetizarlos es una virtud que los pueden llevar a grabar grandes discos.
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