A veces cuando el pop pretende arroparse con la pomposidad de la música clásica los resultados no son los mejores, y eso es porque se suele caer en la pretensión, en el “wanna be”. Sin embargo, no es el caso de Owen Pallett, más conocido por su trabajo en Final Fantasy, banda en donde ya mostraba su talento compositivo. No por nada ha trabajado para nombres como Pet Shop Boys o Arcade Fire.
“Heartland” es un disco de ideas múltiples, y que narra la historia de un granjero (Lewis), habitante de un mundo imaginario (Spectrum), que se encuentra en constante discusión con su creador (Owen). Al parecer estamos presenciando las reflexiones sobre la fe del propio Owen. En lo musical, este disco es una clara muestra de que los arreglos pueden ayudar a crear un mundo con vida propia, ya que los que se encuentran en este álbum permiten dar el color y la textura a un mundo fantástico. En esta obra no sobra detalle alguno, ya que cada uno de ellos está finamente relacionado con el otro, lo que habla del talento de su autor, que para la ocasión no sólo contrató a la filarmónica de Praga, sino que hace uso de la electrónica y los instrumentos típicos del rock (bajo, cuerdas, percusión), además de su inseparable violín. Estamos en presencia de un álbum de fino acabado, que nos habla de un autor que con seguridad se consolidará como un clásico del pop contemporáneo, ya que no sólo posee talento, sino que además sabe bien qué hacer con él.
Heartland
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