Si bien es primavera en Holanda,ésta se parece mucho al otoño debido a que la nubosidad y el color gris le diferencia del estereotipo que se tiene de la estación en donde-supuestamente- todo florece. Aprovechando el tirón de melancolía se me ocurre poner el último disco de The Morning Benders, “Big Echo”,un disco que, por el contrario, permite sumergirse en el recuerdo de las tardes de verano, sobre todo cuando estas se acercaban a la noche. No por algo la joven banda es oriunda de California.
Sin duda, se pueden apreciar detalles que adscriben a The Morning Benders al pop clásico proveniente de la Costa Este. La luminosidad se percibe aunque la música sea sutilmente compleja, al mejor estilo de los Beach Boys, para ser más exactos el “Pet Sounds”. Las estructuras nos son rígidas, la melodía tira de ellas, melodía que se extiende por todo el disco y que hace al disco tan encantador. Lo interesante del álbum es que logra mezclar el pop californiano de los 60’s con detalles del pop contemporáneo permitiéndonos ingresar a un mundo color pastel, como el que sugieren en la portada del álbum. El disco perfecto para iluminar nuestro espacio cuando la melancolía se va apoderando de él.
Big Echo
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