El nuevo álbum de St. Vincent es para muchos su trabajo definitivo, el disco con el que la texana muestra todo su potencial como artista, más allá de sus dotes de músico y singer-songwriter. Si bien Annie Clark demostró con sus anteriores entregas que estabamos frente a una artista que podía moverse por esa brecha que separa lo intelectual y lo popular, es con su quinto álbum que logra conjugar todas sus virtudes en canciones robustas que hablan de la vida cotidiana desde su punto de vista tan particular. Quizás no encontremos singles que ganen adeptos a la primera escucha como fueron los casos de Cruel, Actor Out Of Work o Surgeon, pero sí encontramos canciones llenas de ideas, de texturas y un protagonismo mayor del ritmo. Las canciones van ganando valor en cada escucha, y descubrimos poco a poco la complejidad de sus canciones, cuestionándonos acerca de que tan compleja puede llegar a ser una canción pop cuando hay talento detrás.
Las atmósferas creadas con los synths otorgan a su obra esa naturaleza espectral-fantástica. Sin embargo, para esta nueva entrega, no solo definen la belleza de las texturas sino que además envuelven al poliritmo y a la guitarra angulosa-paranoíde de Clark, configurando un todo a partir de la suma de sus elementos. Además Annie muestra nuevamente su talento como guitarrista, ni que hablar de su poderosa voz, tan llena de virtudes. Hace menos de una semana la vi en vivo y sin duda las canciones de este nuevo álbum ganan en directo, son demasiado poderosas para ser consideradas pop , pero también lo suficiente seductoras como para reducirlas al entramado rock; son canciones para brincar o para bailar al mismo tiempo que piensas en el mundo creado por la norteamericana. En líneas generales, este álbum homónimo encapsula todas las virtudes de su autora en once canciones que destilan sabiduria, talento y buen gusto. St.Vincent es un posible competidor en las listas de fin de año, si es que, claro, no se imponen las mañas de los medios creadores de tendencia.
Las atmósferas creadas con los synths otorgan a su obra esa naturaleza espectral-fantástica. Sin embargo, para esta nueva entrega, no solo definen la belleza de las texturas sino que además envuelven al poliritmo y a la guitarra angulosa-paranoíde de Clark, configurando un todo a partir de la suma de sus elementos. Además Annie muestra nuevamente su talento como guitarrista, ni que hablar de su poderosa voz, tan llena de virtudes. Hace menos de una semana la vi en vivo y sin duda las canciones de este nuevo álbum ganan en directo, son demasiado poderosas para ser consideradas pop , pero también lo suficiente seductoras como para reducirlas al entramado rock; son canciones para brincar o para bailar al mismo tiempo que piensas en el mundo creado por la norteamericana. En líneas generales, este álbum homónimo encapsula todas las virtudes de su autora en once canciones que destilan sabiduria, talento y buen gusto. St.Vincent es un posible competidor en las listas de fin de año, si es que, claro, no se imponen las mañas de los medios creadores de tendencia.
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